La parrilla, el sitio que lleva el sello argentino. Modelos y sugerencias para construirlo.
El resultado de un buen asado depende de la carne, la mano del parrillero y, por supuesto, del asador y la parrilla donde se la realice. Este espacio se convirtió en parte de la identidad nacional, presente en la mayoría de las viviendas argentinas.
Ya sea de material, móvil o premoldeado, este elemento constructivo de tanta significación tiene características propias que hay que cuidar a la hora de encarar su construcción, reforma o instalación.
En esta edición de Tendencias, expertos comparten ideas para conseguir ese sitio de culto nacional.
Cuando encarás un proyecto para construir tu asador, debés saber que está conformado por la zona de la parrilla propiamente dicha con su respectivo sector para las brasas, divisiones para guardar los elementos imprescindibles (como el carbón, la leña y utensilios propios) y una mesada para manipular y preparar los alimentos con más comodidad.
En ese caso, para un tipo estándar la boca de acceso puede calcularse en 140 centímetros de ancho x 60 cm de alto x 60/70 cm de profundidad. La base será de loza maciza ubicada a 80 cm del piso y asegurar una apertura del pulmón de 15 cm. La chimenea siempre debe estar expuesta a los cuatro vientos.
En cuanto al revestimiento interior, Bacile hace una sugerencia: “No es recomendable el ladrillo refractario, por la inercia térmica de ese material. Conviene emplear bovedilla tradicional, para evitar mucho calor al cocinar en verano y alterar los tiempos de cocción”.
Sin dudas, la arquitectura actual propone galerías y quinchos que se integran a la vivienda, como un espacio de transición. Por eso, su estilo debe ser armónico y guardar relación con el resto de la casa. En ese conjunto se anota el asador.
Con las nuevas tecnologías hoy se consiguen materiales, hornos y parrillas que permiten una visual distinta que los incorpora con detalles y visuales muy estéticas, en las que se disimula perfectamente la zona de cocción.
Un ejemplo son los cierres frontales metálicos (generalmente con apertura guillotina), que se descubren al momento de uso y luego se cierran, incorporándose al interior inmediato sin desentonar con el entorno.
“Es un cerramiento estético y funcional que se transformó en pieza clave y de calidad: estético, porque permite dejar al asador prolijo e integrado al estilo del hogar, ya que lo convierte prácticamente en un mobiliario más”, dice Mario Cistaro, de la firma Cima Metal.
Pueden ser de acero inoxidable o chapas de acero común prepintado, aunque se recomienda que la moldura de la losa y el zócalo sean de acero inoxidable para evitar la corrosión.
“Son módulos de hormigón que se fabrican en moldes, y que se superponen unos a otros”, indica Martín López de la firma López Premoldeados.
Vienen en diferentes tamaños y medidas estándar. Requieren revestimiento interno, ya sea en bovedillas refractarias o comunes y las juntas deben hacerse con sellador resistente.
• Chapa en V. Es de chapa soldada a la estructura, de modo que en superficie se vea como una V. Tiene menor resistencia que la de hierro redondo. Si es enlozada, resulta más higiénica y no se oxida.
• Otra versión es la de acero inoxidable, aunque su costo es significativamente mayor.
• De hierro redondo. Es la más popular y resulta fácil de limpiar, aunque requiere de ciertos cuidados para evitar el óxido.
Asador premoldeado de hormigón de 1,20 metros desde $ 50.000
Parrilla hierro redondo de 6 mm y medidas 100 x 60 cm desde $ 15.500
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